Reportaje de la Tercera Edad

La evolución de los veteranos

·         “Estamos luchando por una sociedad mucho más abierta y diversa, apoyamos a gente que ha vivido mucho tiempo aislada por su orientación sexual”

·         “Estos programas no se deciden en un despacho por un concejal o concejala, sino que son las propias personas mayores las que deciden que les gusta y que no del municipio donde viven”

·         “Ellos son los verdaderos protagonistas de la tarde, utilizamos el arte y la cultura como una herramienta, hacemos una labor de acompañamiento y les tratamos, como lo que son, personas adultas, no niños”

·         “He publicado una serie de claves para adaptarse a la jubilación porque a veces las personas se estancan y no son capaces de llevar todos aquellos planes que se habían propuesto”

·         “Uno de nuestros objetivos, además de difundir ese saber es empoderarlas, lo que tú sabes hacer, sí que es interesante para otras”



MAKING OF

Antes de ponerme con el trabajo leí en Internet que existían preocupantes conclusiones del Índice Global de Envejecimiento AgeWatch. Decía que España sigue bajando puestos en el índice del bienestar de las personas mayores. Durante años de crisis, las personas mayores han sido uno de los sectores de la población más perjudicados por las medidas de recortes, debido a su mayor dificultad para encontrar empleo, sus ingresos más bajos y una salud más delicada que la del resto de la población. Este documento alerta sobre el aumento en los últimos años de la desigualdad, la discriminación y la pobreza en un sector de la población cada vez más amplio debido al envejecimiento demográfico. El aumento de la soledad es otro de los factores preocupantes que afectan a este grupo de población. Tras leer esto, me propuse enfocar el reportaje desde una perspectiva positiva, estaba convencida de que las personas mayores están más valoradas de lo que nosotros pensamos.

Al volver de Semana Santa decidí empezar con las entrevistas, quedaba más de un mes, pero me conozco y no quería que me pillase el toro. Mi plataforma favorita es Twitter y en el buscador puse palabras clave: tercera edad y Madrid. Los resultados que me salieron me sorprendieron porque desconocía la existencia de tantos proyectos y de gente trabajando para este rango de edad. Enseguida me decanté por empezar por la fundación 26 de Diciembre, recuerdo que por Whatsapp les hablé a unos amigos de lo que había encontrado y ninguno se esperaba que existiera algo así. Al día siguiente decido llamar al teléfono que aparecía en su página web y atendió la llamada el propio director, Federico. Acordamos vernos a las ocho de la tarde y cuando llegué el local estaba en obras asique me condujo hacia su despacho. Estuvimos hablando media hora, se mostró bastante agradable conmigo y eso ayuda mucho. A parte de los que he contado en el reportaje, Federico propone una institución que acompañe al preso LGTB en su reinserción social y la fundación tiene pensado tratar el tema de la violencia intragénero y doméstica. El maltratador o la maltratadora quieren que pueda elegir prisión o asistir a 26 de Diciembre para tratarse. Tienen también convenios con las universidades, los alumnos pueden hacer las prácticas de su carrera con ellos. Me comentó que una vez unas testigos de Jehová  llamaron a la puerta y al enterarse de cuál era la labor de ese local salieron despavoridas. Hay gente del lugar donde se encuentran, Lavapiés, que se pasan por el centro, está abierto al barrio, además tienen un comedor social llamado “No comas solo, no comas sola” porque hay algunas personas mayores que no se nutren bien.

Con Maite nos dimos los teléfonos y en la mañana de un martes muy soleado me presento en la sede de IMSERSO que se encuentra en el barrio del Pilar. Una conocida que vive ahí me dijo que no le extrañaba que decidieran construir el edificio allí porque por las calles de su barrio ve a bastante gente mayor. Pasé el control que había en la entrada y nos dirigimos a la cafetería. Le comenté que quizás era mejor subir a su despacho porque por el ruido la grabación no se oiría, pero como no había mucha gente a esa hora, nos sentamos en una de las mesas. Llevaba anotaciones de datos que me podrían interesar y además me recomendó a personas relacionadas con el tema de mi reportaje a las que sería curioso entrevistar.


Los Argonautas me pasaron un correo y Fernando se encargó de responder a mi petición, me dio su móvil por si me surgía cualquier contratiempo el día que íbamos a quedar y también me ofreció la posibilidad de hacer la entrevista en una cafetería que nos viniera bien a los dos. Le dije que no hacía falta, no me importaba acercarme a Delicias que es donde se encuentra la oficina de ellos, está alojada en Espacio Madrigal, un espacio abierto a propuestas creativas educativas, culturales, empresariales, de negocio, y solidarias. Cuando llegué pregunté por él y me acompañaron a su despacho. Al recibirme me dice que no es un buen comunicador pero le animé diciéndole que le voy a hacer preguntas muy amenas. Estudió Historia pero al terminar la carrera se decantó por trabajar con las personas mayores. Además me  ofreció formar parte de su proyecto para ocuparme de la redacción y demás.

A Lucía la localicé por el blog que tiene, en su perfil facilita sus redes sociales y contacté con ella. Quedamos en Atocha porque nuestra idea era ir a la biblioteca del museo Reina Sofía, pero cuando íbamos a entrar nos dicen que estaba llena. Vi que en la entrada había dos sofás y le propuse hacer la entrevista sentadas en ellos, me dijo que sí, que no le importaba. Le pareció curioso cómo había dado con su blog y le hacía mucha ilusión formar parte del reportaje que iba a hacer, además me comentó que cuando lo terminase lo publicaría para que lo consultase todo aquel que quiera. Lucía iba a asistir a un evento relacionado con las personas mayores que se celebraba días después de vernos y me invitó a acompañarle si quería.

En los seguidores de Twitter de una cuenta que trata noticias relacionadas con la tercera edad, aparecía Show Me Yaya. Les mandé un correo y me respondió Cristina. Me dijo que estaría encantada de atenderme pero esa semana tenía una fuerte gripe, asique en cuanto se recuperase me lo advertiría. Al poco tiempo me avisó que ya se encontraba mejor y si me parecía bien quedar en un bar de Antón Martín. Era viernes, por lo tanto, mi autobús que justo paraba enfrente de este metro, estaba más lleno de lo habitual. Aún así llegue a la hora, me estaba esperando al lado de una farmacia. Me llevó hasta el bar que me había dicho, nos pedimos unos cafés y subimos a la planta de arriba porque había menos ruido. Al terminar la entrevista, me comentó que estaba muy contenta con su proyecto y que si necesitaba a gente para entrevistar ella me podía ayudar.


A mí los niños y la gente mayor me han creado mucha simpatía desde siempre. Cuando me tocó este tema sonreí porque tenía ganas de hacer un reportaje relacionado con alguno de ellos. Al principio, mi objetivo era hablar únicamente con personas mayores, pero había dos problemas: es difícil contactar con alguien de estas edades porque todavía no están muy presentes en las redes sociales, (llegué a mandarle un privado a un señor que tenía un canal de YouTube, pero no me contestó), o los que tenían vidas interesantes no vivían en Madrid, (hablé con un escritor zaragozano que a sus noventa años seguía escribiendo y dando conferencias, y con una señora que tenía una cuenta en Instagram donde publicaba fotos curiosas de los habitantes de su ciudad, Benidorm). Por estos inconvenientes y por lo que he explicado al principio del making of, decidí darle un giro de tuerca al reportaje. Agradezco la amabilidad de todos los que me han atendido y aparte de ser un trabajo de clase, para mí ha sido una experiencia muy placentera.

                                                                                      
                                                                                REPORTAJE

Envejecer en nuestra sociedad se ha convertido en un problema. El envejecimiento es un tema central para los gobiernos. Preocupa el aumento de personas mayores debido a que es el grupo poblacional que más ha crecido, produciéndose un envejecimiento acelerado. Se calcula que en 2050 la población de personas mayores de 60 años alcanzarán los 2000 millones. Pero además, la sociedad ha estigmatizado el envejecimiento como algo malo. Una gran parte de ella, en especial muchos jóvenes, vive ajena a este fenómeno social y percibe el envejecimiento como algo negativo. Los medios de comunicación tampoco han ayudado a crear una imagen positiva del envejecimiento. Nos recuerdan constantemente que es una amenaza y nos incitan a comprar productos mágicos capaces de detener el paso del tiempo. Sin embargo, si investigamos un poco, encontramos que cada vez hay más profesionales que trabajan con la tercera edad.

Federico Armenteros


Es el director de la fundación 26 de Diciembre, enfocada a los mayores LGTB. “Trabajamos a su demanda, aunque sea complicado porque los que hemos nacido en una época muy determinada donde había una homofobia social impresionante, nos está haciendo pagar un peaje, porque hemos sido unas personas muy maltratadas, entonces ahora cuando eres mayor, toda esa carga la llevas”, aclara. Las actividades que hacen van en relación a las personas que atienden, tienen un grupo de teatro, los martes los grupos de voluntarios tienen una reunión semanal, desde el tema profesional poseen psicólogos, trabajadores sociales y educadores. Ante el motivo de crear esta fundación responde que la gente mayor homosexual está oculta, carecen de centros de mayores, residencias y centros de día, porque no se ven acogidos, “entramos a un sitio y vemos un espacio muy heteronormativo, nunca ves a una pareja de hombres o de  mujeres, además, ¿de qué vas a hablar de nietos, si no tienes?, los discursos que hacen no son los nuestros, no queremos formar guetos sino especialización”, añade Federico. “Estamos luchando por una sociedad mucho más abierta y diversa, apoyamos a gente que ha vivido mucho tiempo aislada por su orientación sexual incluso viviendo en la calle, algunos se han tenido que apoyar en toma de sustancias”, continúa diciendo. Las personas trans mayores viven de manera muy diferente a las jóvenes, han sido muy vapuleadas y machacadas, esto hace que siempre estén a la defensiva, la España que han vivido les pasa factura. El caso que más le ha impactado es el de Josete, una persona mayor que estaba sola, tenía una enfermedad grave, un tumor maligno, y no permitía que nadie entrara a su casa.

Pero Josete en los últimos meses de su vida se vio acogido por ellos, de hecho, le acompañaronen su muerte, falleció abrazado y cogido de la mano de un miembro de esta fundación. Él consiguió entender la labor y la caridad que se hacía desde 26 de Diciembre y entonces les hizo herederos universales, quería que lo que sufrió nadie más lo sufriera. “Hoy hemos estado en el hospital apoyando a una persona trans que se iba a poner las mamas, hemos estado dándole ánimos y tranquilizándola en su operación. También hacemos asistencia doméstica, ayudamos a personas que no tienen dinero, tenemos a gente contratada que va a limpiarles o a hacerles el desayuno, los voluntarios se ocupan de labores más sociales: ir al cine, dar un paseo, animar a quien esté triste, etc”, comenta el director. El proyecto futuro más ambicioso que tienen es crear el primer residencial LGTB en Madrid, que sea un sitio de referencia estatal, serían unos apartamentos con servicios en el que las personas mayores vivirían en pequeñas unidades de convivencia. “Josete era dependiente, nuestra metodología está centrada en la persona, si decidía que quería tomar el sol, había que hacer caso a su decisión, es lo que procuramos hacer con los demás”, finaliza Federico.

Maite Pozo


Es la responsable de Ciudades Amigables, “es un proyecto de la OMS que lanzó en 2002 pero que se ha ido retrasando poco a poco y responde a dos tendencias mundiales: una es el envejecimiento demográfico y la otra es la tendencia a la urbanización”, explica. La OMS lo que pretende es crear entornos que sean facilitadores del envejecimiento activo porque cada vez hay más personas mayores y de momento no son un colectivo homogéneo además no tienen las mismas expectativas que tenían hace 50 años. Ante este cambio propone un proyecto dirigido a los ayuntamientos, una metodología que haga partícipe a la tercera edad a través de grupos de debate en torno a ocho temas: transporte, medios de comunicación, la inclusión social, discriminación, servicios públicos, sobre todo de salud, entre otros. “A partir de estos grupos de debate las personas realizan un diagnóstico de su municipio y hacen propuestas que después el ayuntamiento lo tiene en cuenta y se llevan a la práctica tras un proceso de valoración” añade Maite. Es un proyecto muy novedoso que en España empezó a tomar fuerza en 2011, somos el país que más municipios están adheridos a la red mundial de Ciudades Amigables, son setenta ya. IMSERSO es el organismo que coordina y dinamiza este tema en nuestro país, tiene un convenio con la OMS y el grupo de trabajo al que pertenece ella desde 2013 es crear herramientas para difundirlo, formar y que la gente lo conozca. “Cada país tiene un contexto diferente, aquí en España proponemos que no sea un proyecto destinado no solo a los ciudades, sino también a entornos rurales o municipios pequeños”, aclara. 

Ayuntamientos como Bilbao o Zaragoza son los que más han desarrollado este proyecto, en la ciudad maña se ha creado la Red de comercios amigables, es una actividad muy concreta que está teniendo mucho éxito. Era una demanda de las personas mayores y ahora más de veinte comercios pertenecen a esta Red. Los conocidos parques de ejercicios para ellos, si les preguntamos directamente, opinan que están muy bien pero igual cambiarían algún aparato. Suelen demandar temas como el tamaño de la letra de las etiquetas o que los autobuses pasen con frecuencia y estén adaptados a sus necesidades. “Estos programas no se deciden en un despacho por un concejal o concejala, sino que son las propias personas mayores las que deciden que les gusta y que no del municipio donde viven”, concluye Maite.
                                                                                                                                           
Fernando Fernández


Es el portavoz de Los Argonautas, una organización que nació en junio de 2010, empezó con un recital de poesía en una casa de acogida para personas mayores. Era una iniciativa que pensaron que sería algo muy anecdótico, se iniciaron con cinco o diez actividades solamente, pero desde muy pronto detectaron que había una gran carencia en los centros residenciales a la hora de actividades de ocio y de entretenimiento. “De esa primera etapa, en la que organizábamos actividades muy de andar por casa, hemos pasado casi al otro extremo, ahora desarrollamos lo que se puede llamar una especie de teatro de variedades, donde llevamos a cabo todo tipo de números”, explica Fernando. Están desbordados de demanda por ser la única organización que se ha especializado en ese tipo de actividades, nunca pensaron que iban a terminar donde están ahora porque lo comenzaron un grupo de amigos con inquietudes poéticas y al final han terminado haciendo otra cosa totalmente diferente. “Estamos comprobando que el beneficio y el resultado es bastante superior a lo que nos esperábamos, casi llegamos aquí sin querer queriendo podríamos decir”, añade. 

Tienen una cartera de veinticuatro residencias y son ellos los que anteriormente se han puesto en contacto con ellas presentándoles la actividad un mes antes de realizarla. El programa espectáculos consiste en un teatro que dura ochenta minutos y está dividido en dieciséis números de cinco minutos, intentan que sea lo más dinámico posible. “El componente musical que metemos es el ochenta por ciento, con canciones de ayer y de hoy, monólogos humorísticos, poesía, números de magia y de danza, cuentacuentos, números de clown”, explica Fernando. “Ellos son los verdaderos protagonistas de la tarde, utilizamos el arte y la cultura como una herramienta, hacemos una labor de acompañamiento y les tratamos, como lo que son, personas adultas, no niños”, continúa diciendo. Actualmente cuentan con más de cincuenta voluntarios y treinta son los artistas que conforman el programa de espectáculos, además dan apoyo a gente que tiene Alzheimer y llevan actividades de concienciación y formación en positivo. “Hay que hacer frente a tópicos y estereotipos y poner en valor a las personas mayores porque hay que evitar la imagen negativa que hemos construido sobre ellos, no solo los jóvenes y los adultos, sino hasta ellos mismos afectando a su propia calidad de vida”, termina diciendo Fernando.


Lucía Pardo, la psicóloga de nuestros mayores      sumandocanas.blogspot.com es el nombre de su blog, en él habla de temas como el concepto de reminiscencia, una parte de la memoria en la que recordamos nuestras experiencias pasadas, las personas mayores la conservan muy bien. En Galicia trabajo con gente con Alzheimer para estimular esta zona que se encuentra dañada. “El método Montessori, trabaja con personas con demencia muy avanzada que ya no poseen funciones cognitivas. Se trabajan las funciones más básicas que conservan: el tacto, el olfato, el oído…, lo más sensorial porque es lo último que suelen perder” explica Lucía. La entrada que tiene en su blog sobre el Ictus se debe a que conoció a personas que tienen una aplicación móvil enfocada a los que la han sufrido, con ella pueden acceder a un servicio de rehabilitación si han perdido movilidad. “He publicado una serie de claves para adaptarse a la jubilación porque a veces las personas se estancan y no son capaces de llevar todos aquellos planes que se habían propuesto”, informa. Lucía suele trabajar con grupos más que atender casos individuales y, aunque nos sorprenda, las personas mayores son uno de los colectivos más heterogéneos que existen.

Cristina Rubio


Es la fundadora de Show Me Yaya, un proyecto que nace de la observación, Cristina se ha dedicado durante mucho tiempo a la cooperación internacional, estaba fuera de España, y cada vez que volvía, veía que la mayoría de sus amigas estaban empezando a hacer cosas tradicionales que hacían sus abuelas. Aprender a hacer punto, cocinar cosas típicas, coser, fabricar su propia ropa, eran unas de esas cosas. “Cuando estás fuera te das cuenta de las modas que pasan en tu país y como tengo bastante vinculación con temas sociales, tuve la idea de conectar estos cambios que se estaban produciendo con las personas mayores que lo habían hecho durante toda su vida”, comenta. A través de experiencias concretas y clases en vivo el aprendizaje va a ser mucho mejor, las personas mayores pueden contar parte de su historia y además aparte de hacer el taller en cuestión nos quedamos con el conocimiento más fácilmente. “Show Me Yaya empezó en diciembre de 2014, nos lanzamos a través de una iniciativa que se llama El Recicladero en la que digamos que podía encajar, son unas jornadas que se hacen en el centro cultural el Matadero para temas de reciclaje textil para inculcarles a los niños sobre todo la idea de rehusar elementos. Y allí dijimos: ¿y por qué no hacerlo también para o con gente mayor?, se lo propusimos a la organización, les gustó la idea y eso nos aceleró el proceso a nosotras en realidad”, explica la fundadora. Pensaba que les iban a decir que sólo se molestarán en participar y ya si eso el año que viene lo volviesen a intentar pero decidieron apoyar su propuesta. 

El año pasado salieron en un reportaje que hizo el ABC para el Día del Mayor. A la hora de ponerse en contacto las señoras mayores con ellas, se basa un poco en la confianza de gente que conoce a gente que ha ido a hablar del proyecto y a partir de ahí se crea el vínculo. En algunas jornadas conocen a personas que se las presentan y entienden que no se fíen de una propuesta con un nombre un tanto dificultoso para ellas y es normal que pregunten qué es y en qué consiste. “No creen que a los jóvenes les parezca interesante sus aficiones y creen que no tienen nada que aportar, como que lo que hacen no es valioso para otras personas. Uno de nuestros objetivos, además de difundir ese saber es empoderarlas, lo que tú sabes hacer sí que es interesante para otras”, aclara Cristina. Hacer croquetas, tejer, coserse un botón o adornar, son hobbies que a lo mejor las abuelas no lo van a hacer de una forma profesional, pero es algo que a los demás nos gustaría aprender. Show Me Yaya lo enfocan al género femenino porque son las que saben hacer la mayoría de las cosas, y como ha sido un saber que siempre se ha quedado dentro de casa, el tema es que en los talleres se sientan poderosas. Los materiales que necesiten para la realización de esos talleres los aporta el equipo de Show Me Yaya. “Cubrimos absolutamente todo para que la gente cuando vaya solo tenga que preocuparse de aprender y divertirse. Si se te olvida la aguja o el ganchillo te puedes fastidiar la tarde por estos despistes. Cuando publicamos un taller en la web el precio que ponemos lleva incluido todo y un café para que cuando finalice puedas hablar con la abuela que lo ha impartido dándole un plus de cercanía y familiaridad a la propuesta”, finaliza.

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