Roland Barthes, Paidós Comunicación, 1980 La cámara lúcida

La fotografía es un medio de comunicación que transmite y expresa ideas en un proceso que implica una emisión pero también una interpretación. Comprender la ciencia general de los signos (es decir, la semiótica) ofrece claves importantes para desentrañar el sentido de una fotografía. Saussure estableció que el signo lingüístico correspondía a una entidad psíquica con dos partes indisociables: el significante, es la parte material y percibida del signo y el signficado, que corresponde a su vez no a las cosas, sino a un concepto. Peirce clasifica los signos en tres: ícono, índice y símbolo. Esta es una división que es particularmente útil para la lectura fotográfica.

El Tiempo, la Nostalgia y la Muerte son los tres conceptos que más se manifiestan en la Fotografía. El autor francés le da especial importancia a las fotos que le producen placer o emoción, ignorando los aspectos técnicos de estas. La subjetividad y la ciencia estarían en continuo debate en este arte. El saber fotográfico se compone de: Operator (el fotógrafo), Spectator (los que miramos las fotos en los periódicos, libros, álbumes o archivos) y Spectrum (el referente, lo que es fotografiado). 

En la Fotografía existen dos procedimientos: orden químico (la acción de la luz sobre las sustancias), orden físico (el dispositivo óptico se encarga de la formación de la imagen). En cierta manera, cuando te fotografían, están mortificando tu cuerpo. El autor, siente la necesidad de posar para parecer un buen tipo porque desgraciadamente la sociedad se apoya en una imagen que no representa nuestro verdadero <<yo>>. Esto le crea una sensación de inautenticidad y pasa a ser un simple objeto. Admite que no le gustan todas las capturas de un mismo fotógrafo porque no experimenta la misma sensación con cada una de ellas. La predominación por una foto ejercen en él una “aventura”, la atracción que siente al observarla hace que cobre vida pasando a ser una “animación”. Distingue dos temas en la Fotografía: el studium, que sería el interés de una imagen por testimonios políticos, históricos o culturales, y el punctum, que hace que te conmuevas verdaderamente por una foto. 

La búsqueda de lo raro, inmovilizar una escena rápida, la proeza, las contorsiones de la técnica y el hallazgo, son las sorpresas con la que los fotógrafos nos desafían. La censura, por ejemplo, en EEUU o en la Alemania nazi, se encargaba de rechazar aquellas fotos que inducían al espectador a pensar y por lo tanto las clasificaba como peligrosas por razones morales o ideológicas. Un aspecto muy mágico en este arte es que la captura de un paisaje o un lugar te incita a querer vivir en él. Una fotografía unaria sería la presentación de una sola cosa, como lo es el sexo en una imagen pornográfica.

Barthes describe todo lo que significa para él una foto de su madre de pequeña, su valor no lo puede sustituir ninguna otra.

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