Crítica de la película 4 meses, 3 semanas y 2 días
La
película refleja lo que podía ser una historia común de esos años, el aborto
se veía como un “acto de rebelión” contra el régimen. En la mayoría de los casos a la mujer no se le
explicaban todos los posibles efectos físicos y psicológicos del aborto,
los cuales puede arrastrar como secuelas para el resto de su vida. Los
promotores y comerciantes que le “venden” el aborto como la mejor “solución”
para ganar dinero, le dicen que es un “procedimiento médico totalmente seguro.”
Esto no es cierto. Ya sea legal o ilegal, el aborto provocado jamás está
totalmente exento de riesgos.
Las
consecuencias escalofriantes de la política demográfica impuesta por el
dictador rumano Nicolae Ceaucescu
(1918-1989), fueron las siguientes: más de dos millones de niños nacieron
concebidos por orden de Ceaucescu en el plazo de tres años, miles de ellos
fueron abandonados, mientras unas 10.000 mujeres fallecían a consecuencia de
abortos clandestinos.
Un año antes después de ser nombrado secretario general del Partido Comunista
rumano, decretó el incremento demográfico de la población de Rumanía. No sólo
prohibió el aborto, sino todo tipo de anticonceptivos, y poco más o menos que
ordenó a cada familia que trajera más hijos al mundo y al Estado rumano. Con el
Decreto 770 impuso a las mujeres el «deber patriótico» de parir la mayor
cantidad posible de hijos, cuatro por lo menos. Y con la denominada «ley de
continuidad nacional» dictaminó que «quienes no asumen el deber de tener hijos
son desertores de la nación». En su delirio planificador, llegó a declarar que
«el embrión humano es propiedad de toda la sociedad», es decir, del Estado.
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